Sube la marea, y tú abandonada en una vieja escalera.
Me marea, la forma que tenías de arrancar tu silueta.
Ahora mis maletas, tiradas a un castillo hecho de arena,
cuando la pena se alimenta de nuestra ceguera.
Me entró sueño despertando de una pesadilla
ya jamás de rodillas. Anarquía: La que ensancha mis pupilas.
Libertad: por la que día a día luchamos con fortaleza, lágrimas y sonrisas.
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